09 agosto 2006

Isaías 'Látigo' Chávez

Néstor Isaías Chávez nos dejó con las ganas de saber hasta donde llegaría en el mundo del beisbol. Esa ilusión se desvaneció el 16 de marzo de 1969, en el accidente aéreo más grande de la historia venezolana, cuando un avión de Viasa cayó sobre un caserío cercano al aeropuerto de Maracaibo, y perecieron todos sus ocupantes y algunas familias del lugar. Sin embargo muy pocos han conquistado el corazón de los aficionados con la rapidez que lo hizo Chávez, quien era conocido desde sus días de pelotero infantil en la organización de Los Celis, y bautizado desde entonces como "El Látigo" por la fuerza de su brazo.

Era un espigado pitcher derecho, su nombre comenzó a aparecer con relativa frecuencia en los periódicos desde el Campeonato Nacional de Béisbol Juvenil realizado en 1963 en la isla de Margarita, y en donde el joven nacido el 6 de julio de 1947 defendió los colores del Distrito Federal. Por ello, cuando terminó ese campeonato fue firmado por Orientales aquí, y por los Gigantes de San Francisco allá todos los titulares de ese día fueron para él.

Sabían uds. que el solo anuncio del El Látigo como abridor aumentaba la afluencia de aficionados a los parques. En su época, sólo Víctor Davalillo logró mover multitudes como él.
Su primera temporada como profesional la lanzó con el Orientales en el campeonato 63-64, y cuando para la 64-65 la franquicia recuperó el nombre del Magallanes, "El Látigo" se transformó en un símbolo de la divisa, tal vez con la misma fascinación que provocaba Luis "Camaleón" García, el ya legendario antesalista y fuerte toletero de los Navegantes.

En esa primera campaña fue el líder con 14 apariciones como relevista y obtuvo su primer triunfo mientras su récord quedaba en 3 y 4. Luego en las tres siguientes campañas ya en el permanente rol de abridor, sus registros subieron a 5-3, 6-7 y 5-8, completando en las dos últimas más de un centenar de entradas, algo nada común en estos tiempos.

Paralelamente se desarrollaba su carrera en Estados Unidos. Se estrenó en 1964 con el Decatur en la Liga del Medio Oeste, y repitió en el 65 completando su primer gran año al culminar con marca de 12-9 y efectividad de 2.15. En el 66 lo inició en AA y lo concluyó en AAA con balance de 7 y 5, y en la siguiente temporada llegó a las grandes ligas.

Los Gigantes lo asignaron al Waterbury en la Liga del Este doble A, y cuando era el líder del circuito con 12 triunfos, siete blanqueos, 15 juegos completos y una efectividad de 1.79, fue promovido a AAA con el Phoenix. Allí andaba en 6 y 3 cuando fue llamado a las mayores en septiembre. El 9 se estrenó y el 30 se apuntó su primera y única victoria en un partido en que San Francisco le ganó 1x0 a los Filis de Filadelfia. Sus dos únicas salidas fueron como relevistas.

Con toda esa experiencia acumulada, la del 67-68 fue la mejor de sus campañas en Venezuela. En su primera salida blanqueó 2x0 a los Tiburones de La Guaira con una alineación donde destacaban Luis Aparicio, Ángel Bravo, José Herrera, Remigio Hermoso y Marv Rettenmund.
Sin embargo, la culminación de su labor la alcanzó en la semifinal como refuerzo de los Leones del Caracas. El 23 de enero de 1968 en el Universitario, llegó a retirar a 25 bateadores consecutivos en la alineación de los Industriales del Valencia, encabezada por Teolindo Acosta, Gustavo Gil, Jim Hicks y Ed Kirptarick. Al final ganó 3 a 0 y sólo le pegaron un hit, Nadie más se le embasó. Todavía ostenta el record de más jugadores retirados en fila en un juego de playoff en la liga Venezolana.

Sin saberlo su última aparición se produjo en el mismo escenario de la UCV el domingo 11 de febrero de ese mismo año 68. Fue en medio de una serie entre Venezuela y Puerto Rico. Esa mañana, "El Látigo" se impuso 5 a 1 espaciando diez incogibles, pero ninguno salido del bate de la superestrella Roberto Clemente.

Su brazo se lastimó y debió ser intervenido quirúrgicamente. No lanzó en los Estados Unidos durante todo el 68, tampoco en Venezuela durante la 68-69. Si podía continuar o no en acción no se pudo saber nunca por culpa del fatal accidente aéreo. Sólo queda evocarlo a través de un registro vitalicio de 19 y 23, de su fugaz estadía en la gran carpa, o de recuerdos como el de su hijo Néstor Isaías.

"El otro día estaba registrando un baúl con sus cosas y encontré una foto donde yo aparecía con un pelotero y sus hijos pequeños", relata Néstor, que tenía 1 año de edad el día que murió El Látigo. "No sabía quién era y mi mamá me comentó: ese es señor de apellido Bonds que era room mate de tu papá. Bueno, el señor era Bobby Bonds, quien después fue una estrella con los Gigantes. Y el niñito era Barry Bonds, uno de los mejores peloteros de la actualidad"
¿Hubiese llegado Néstor Isaías "Látigo" Chávez tan lejos como Bobby y Barry Bonds?. Nadie puede saberlo. Pero vamos a pensar que sí.


Humberto Acosta

Etiquetas: , ,